Calendarios y Matemáticas

Calendarios y Matemáticas

Hoy os traemos una entrada sobre los calendarios y su relación con las Matemáticas. En el podcast en el que colaboramos iban a hablar de las Veneralias romanas, pero ¿cómo podían saber los romanos en que fechas celebrarlas? Pues gracias a la Astronomía y las Matemáticas.

Como siempre, Astronomía y Matemática van de la mano.

VALOR DE LA MEDICIÓN DEL TIEMPO

La humanidad siempre ha prestado especial atención a lo que significa crecer y envejecer y el modo en el que debemos medir los hitos y sucesos históricos.
Los humanos estamos obsesionados con el paso del tiempo desde siempre. Nuestros ancestros pronto se dieron cuenta de que los ciclos del día y la noche estaban asociados al sol y la luna, así que los primeros calendarios eran tan básicos como contar las veces que se ponía o salía el sol.

A lo largo de las épocas hombres y mujeres se vieron en la necesaria tarea de administrar su tiempo, no tanto por placer sino más bien por necesidad. Con la división cronológica del tiempo se logró de manera eficaz predecir las estaciones del año, los períodos en que el ganado da su cría o la fecha de siembra O recogida de los cultivos.

LOS CALENDARIOS SON LA CLAVE DEL ESTABLECIMIENTO DE LAS SOCIEDADES PORQUE PERMITEN ORGANIZAR LA VIDA.

Hombres y mujeres, matemáticos y astrónomos, contribuyeron a situarnos mejor en el tiempo y en el espacio y abrieron nuevos horizontes a nuestro conocimiento del universo.

CICLOS ASTRONÓMICOS

La medición del paso del tiempo ha evolucionado ligada a tres ciclos astronómicos: el día, el mes y el año.

  • Un día corresponde a una rotación de la Tierra sobre su eje.
  • El mes surge en relación al ciclo lunar. Es el tiempo que dura la Luna en girar alrededor de la Tierra. Visto desde la Tierra, es el tiempo entre una Luna Nueva y la siguiente. Tarda aproximadamente 29,5 días.
  • El año es lo que tarda una revolución de la Tierra alrededor del Sol, hasta que regresa a su punto de partida original. Tiene una duración de 365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos (365,2422 días).

Curiosidad: Algunas culturas tomaron en cuenta otros astros para establecer sus calendarios. Por ejemplo los egipcios eligieron la estrella Sirio y los Mesoamericanos el planeta Venus. Estas civilizaciones median cuando estos astros volvían a su sitio para organizar sus calendarios y festividades.

Aun así confeccionar un calendario tiene cierta complicación. Pensemos en los tres referentes que hemos enumerado:  la rotación de la Tierra (día y noche), el ciclo Lunar (de Luna Nueva a Luna Nueva) y la revolución de la Tierra alrededor del sol (de Equinoccio de primavera al siguiente Equinoccio de primavera) . Por si mismos son fáciles de entender y gestionar pero la complejidad estriba en dos motivos:

  • El primero es que no son números enteros y claro, ¿como ponemos que un mes tiene 29 días y medio? Imaginad, la mitad del miércoles sera marzo, pero la otra mitad sera abril. Por ello y ante el hecho de que el mes dura aproximadamente 29,5 días y las fracciones son incómodas, muchos resolvieron alternar meses de 29 y 30 días.
  • El segundo problema implica una complejidad aún mayor y es la de combinar día, mes y año porque se sobreponen entre sí. 29,5306 días/mes x 12 meses = 354,3672 días, pero la tierra tarda 365,2422 en girar al sol.

Además, tenemos que incluir todos los referentes, porque si por ejemplo solo tomamos el referente lunar, como hacían algunas culturas creando calendarios lunares, no se pueden predecir las estaciones, ya que cada año irían cambiando de mes. De esta y otras maneras, las culturas fueron desarrollando sus propias versiones del calendario, unas más acertadas que otras.

UN POCO DE HISTORIA

Si bien es discutible el origen de los calendarios, sí que se puede afirmar que las sociedades Griegas y Romanas crearon una división del tiempo tan eficiente y útil que aún hoy, milenios después, se sigue utilizando uno de estos sistemas. De hecho, en la actualidad usamos el calendario Gregoriano, promovido por el papa Gregorio XIII, que sustituyó al calendario Juliano.

Según la tradición, el calendario romano más antiguo fue el establecido por Rómulo, primer rey de Roma, a mediados del siglo VIII a. C., posteriormente reformado por su sucesor el rey Numa Pompilio. Pero nuestro calendario tiene más de dos milenios de antigüedad porque sus raíces se hunden hasta llegar a la antigua Babilonia. Los romanos tomaron parte de su calendario más antiguo, el de Rómulo del calendario lunar griego. En un principio consistía de 304 días los cuales conformaban los 10 meses totales del año y unos 61 días «sin mes». Esta versión del calendario romano era un calendario exclusivamente lunar, completamente regido por los ciclos de luna, lo que llevó a una seria discrepancia entre lo que indicaba el calendario y las estaciones del año.


Posteriormente, alrededor del siglo VI antes de Cristo, el rey Numa Pompilio realizó una de las primeras reformas al calendario romano lunar convirtiéndolo en un calendario soli-lunar y agregando 2 meses más (ya tenemos los 12 actuales) y elevando la cantidad de días en el año a 355.

Este calendario romano, también llamado calendario fasti se dividía en dies fasti, los días aptos para que el pretor administrara justicia, y dies nefasti, aquellos en que se prohibía celebrar actos judiciales y que se dedicaban a divinidades superiores. De esta manera informaban al pueblo sobre los días disponibles para negocios, reuniones electorales y fiestas.

Reproducción del Calendario de Anzio (Fasti Antiates) del 84-55 a. C., expuesto en el Museo del Teatro romano de Caesaragusta.


Pero estos calendarios fasti seguían presentado desajustes y se fueron haciendo respectivas mejoras. En el año 64 A.C., Julio Cesar impuso el calendario juliano entre los romanos, bajo la convicción de que el año duraba exactamente 365 días y 1/4. Definió el año de 365 días e incluyó un año bisiesto de 366 días cada cuatro años. O sea, todos los años divisibles entre 4 eran bisiestos.
Pero claro un año no tiene 365 días y cuarto sino 365,2422 días, así que con el tiempo, este calendario se fue desajustando con respecto a las estaciones. En el año 730 d.C. los científicos ya sabían que el año duraba 11 minutos menos de lo establecido por Cesar. Esos minutos se acumulaban para desajustar el calendario en un día cada 128 años.
En 1582, ante un calendario juliano desfasado de 10 días, el Papa Gregorio XIII, con la asistencia de Christoph Clavius, lo cambió, dándole nombre al siguiente: el calendario gregoriano. En la reforma borró los 10 días de desfase y del 5 al 14 de octubre de 1582 no existieron en el mundo romano.

Nuestro calendario actual es el gregoriano. En el calendario gregoriano, un año normal consta de 365 días. pero tiene un «año bisiesto» de 366 días se utiliza una vez cada cuatro años para eliminar el error causado por tres años normales (pero cortos). Se estableció que Cualquier año divisible por 4 es un año bisiesto.

Sin embargo, hay un pequeño error de cálculo que debe tenerse en cuenta. Para eliminar este error, el calendario gregoriano estipula que un año que es divisible por 100 (por ejemplo, 1900) es un año bisiesto solo si también es divisible por 400.

Así es como sabemos en qué día vivimos y cuando tenemos que celebrar nuestros festivos, ¿qué os parece? Verdad que es impresionante.

Como siempre, volvemos a mostrar que las mates están por todos sitios y que son fascinantes.

SALUDOS DESDE EL INFINITO


Bibliografía

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